lunes, 16 de marzo de 2009

REFLEXIONES CAPÌTULO V

CAPÍTULO V
(Día 16-03-09)

DRAMATURGIA.- ESTILOS TEATRALES

En otros capítulos trataremos sobre técnicas de interpretación, según el género, ya que su encuadre en uno de los dos grandes bloques genéricos (Tragedia o Comedia) reclama un código de comunicación diferente. Solo existen diferencias de caracterización externa en la composición de la tipología de los personajes según la gradación de acercamiento en la semejanza con los diversos seres humanos que podemos encontrar en cada tipo de comedia y con la mayor o menor “deformación” hacia la caricatura que diferencia a cada “subgénero” o “género menor”. Con estas definiciones, quizás descalificadoras por el significado literal de las palabras, encontramos géneros tan grandiosos como la Comedia del Arte o las obras del absurdo de Ionesco y Samuel Becket, entre otras tantas luminarias de la Literatura Dramática.
La diferencia esencial con el otro gran bloque, la Tragedia y el Drama, consiste en que mientras, en la Comedia y otros subgéneros, su dramaturgia establece una comunicación entre los intérpretes y el público, jugando tras la máscara del personaje (usando al personaje como máscara para su comunicación inteligente), (no confundir con las máscaras físicas que se han utilizado y se utilizan en diversos géneros, como en la Comedia del Arte y en otros). En la Tragedia y el Drama sobresalen las emociones y sentimientos, más o menos sublimados, como elementos de comunicación.
Es necesario diferenciar la apariencia de seres reales de los personajes del conflicto y las situaciones más o menos similares a las que los humanos viven en la realidad, con “Realismo” como Estilo Teatral. Este “Estilo Teatral” no aparece sobre los escenarios hasta el tercio final del siglo XIX, cuando el dramaturgo noruego Henrik Ibsen publicó su manifiesto y estrenó “Casa de Muñecas”.
Henrik Ibsen, después de una primera etapa en la que escribe obras impregnadas del espíritu del movimiento literario del “Romanticismo”, entre las que aparecen títulos tan emblemáticos como “Brand” y “Peer Gynt”. Se siente indignado ante unas críticas adversas y publica un manifiesto en el que se compromete a escribir un teatro en el que mostrará una cruda y feroz fotografía de los pecados de la sociedad, así como los vicios e injusticias de personas, normas de conducta imperantes en la sociedad y las injusticias que esta comete en nombre de lo “socialmente correcto”.
En esta segunda etapa Ibsen se interesa por los problemas sociales de su tiempo y los convierte en tema de debate. Los estrenos de sus obras se convirtieron en grandes polémicas cuando no en grandes escándalos. Ibsen cuestiona en ellas los fundamentos de la sociedad decimonónica.
Estas diferencias que podríamos, en un primer momento, encuadrar en dos grandes bloques estilísticos.Teatralismo y Realismo, se subdividen en diferentes movimientos estilísticos que han y siguen aportando variantes estéticas y espirituales al Teatro.
La importancia definitiva que alcanza la comprensión y asimilación del encuadre estilístico y el mantenimiento coherente de la línea estilística en la dirección de un espectáculo y en la construcción de los personajes, justifican la necesidad del dominio de las estructuras dramatúrgicas y analizar los materiales con que se cuenta de partida. Argumento, escuela y estilo, nos demanda el conocimiento del capítulo dramatúrgico siguiente.


ESTILOS TEATRALES III.-
Teniendo en cuenta que el Estilo Teatral determina, tanto para la dirección escénica como para la interpretación y las otras materias encomendadas a creadores de espacios audibles y visibles, como escenografía, espacio sonoro, indumentaria, caracterización y atrezzo), la concepción estética de las escenas y los ambientes escenográficos y lumínicos, así como para el ritmo de construcción de la trama. Hay que tener muy en cuenta si los objetivos se centran en contar una problemática con rasgos muy definidos y centrados en una constante línea argumental, sin que otras posibles facetas de la psicología y el carácter de los personajes, más que los absolutamente necesarios para la problemática que se desarrolla o, por el contrario, los acontecimientos presentan distintas situaciones que demandan diversas respuestas de los personajes y la variable fortuna ante desiguales acontecimientos. Estas diferencias dramatúrgicas que logran que, tanto los personajes como los conflictos, no sean lineales y profundicen en las psicologías y sentimientos de seres humanos que presentan aristas diversas y por tanto podemos apreciarlos en su relieve total con sus certezas y contradicciones. De ese modo se nos muestran complejos como seres humanos corrientes. A este estilo dramatúrgico se le denomina: Estilo Realista.

REALISMO.-

En lenguaje teatral la palabra “Realismo” es un término muy preciso. Una obra de teatro puede imitar vida, pero no es vida; por mucho que se esfuerce en imitarla sigue siendo arte, algo artificial. Así lo define Aristóteles en su Arte Poética. Pero las “obras sociales” de la segunda etapa del autor noruego Henrik Ibsen proporcionan el patrón del Teatro Realista y es difícil que una obra imitadora de la naturaleza que no siga el modelo del autor noruego. Los personajes sacados de una observación detallada de la vida misma, colocados en situaciones posibles y que se mantienen unidos por la singularidad de la trama. Los diálogos, gestos, acciones y movimientos reconocibles como reales. Las cosas que les suceden a los personajes y el orden en que ocurren corresponden a un plan meticulosamente elaborado por el autor con el objetivo de crear la sensación de realidad.
A partir del modelo de Ibsen se puede ir avanzando o retrocediendo hacia el “Naturalismo” o hacia el “Convencionalismo” de la “obra bien hecha”.

EL NATURALISMO.-

Dentro del realismo, la corriente estilística del naturalismo pretende introducir al espectador como observador subrepticio de trozos de vida de unos seres unidos por el ambiente en que viven. Con las problemáticas sociales o personales del medio en el que viven, aunque sin necesidad de interconexión de las historias entre si. Cada uno vive su monodrama y el mosaico que componen en su conjunto, el tapiz en el que se muestra la vida en el medio, es el protagonista de la obra. El modelo dramatúrgico de Máximo Gorki en su obra “Los bajos fondos” es considerado como guía para este estilo dramatúrgico, en el que no existen personajes protagonistas y se prescinde de procedimientos teatrales para conseguir efectos emocionales. El naturalismo se concentra en la verdad y la realidad de cada uno de los individuos que intervienen en la trama, con el colorido e intensidad particular de cada uno de ellos. No le preocupa la forma en que cada personaje se relaciona con los demás y los objetivos escénicos están en el extremo opuesto a los cuidados en la utilización de efectos y procedimientos teatrales del convencionalismo de “la obra bien hecha”.

IMPRESIONISMO.-

Los procedimientos del naturalismo han sido aplicados mayormente para obras cuya acción se desarrolla en ambientes sociales desfavorecidos por la fortuna; pero Antón Chejov, por el contrario, situó las acciones de sus dramas entre las clases medias-altas de una extensa Rusia prerrevolucionaria, con sus dificultades de distancias físicas y anímicas entre los personajes y unas vidas ancladas en la rutina y el tedio. Las cosas van sucediendo, pero nada consigue romper la monotonía de sus existencias. Chejov, a la manera de los pintores impresionistas, intenta reproducir la naturaleza envuelta en una atmósfera suavizada y difuminada. Para lograrlo prescinde de la utilización de de trazos y colores rotundos y muy definidos, como en el estilo pictórico. La técnica utilizada es la de ir construyendo a pequeñas pinceladas las matizaciones, poco perceptibles, de contrastes tensionales y emociones. Ese difícil y prolijo equilibrio requiere una gran habilidad y talento a directores e intérpretes para mantener el equilibrio tensional de la acción dramática y la atención emocional de los espectadores. Como en la pintura, el espacio y la iluminación son parte esencial de la puesta en escena y demandan una coherencia estilística. La distancia física entre espectadores y escena contribuye a crear la ilusión de realidad.
Chejov y Gorka pensaban que para crear la impresión de realidad en la escena, la veracidad de la vida observada, hay que huir de los convencionalismos comunes y de los clichés de la dramaturgia convencional. También aplicó Chejov la “técnica quebrada” para confeccionar las características de sus personajes, dando solo impresiones fugaces de la vida y el carácter de los personajes, con objeto de conseguir que la personalidad completa de los personajes cundo se tuviera con una visión de todas las partes diseminadas por el texto.
Esta técnica sugerida por Antón Chejov es empleada por otros dramaturgos, tanto en comedias como en dramas. La diferencia en el “impresionismo” es que ese tipo de datos suelen surgir en la acción dramática de forma espontánea, muchas veces sin relación aparente con la escena que se está representando.
Los intérpretes deben aplicar también estas técnicas en la construcción de su personaje y así lograr la apariencia de espontaneidad y realismo a sus personajes. También esta técnica sirvió al Teatro de Arte de Moscú para que sus directores crearan en la escena el “Realismo Espiritual”, apoyándose también en la aplicación de los resultados de las investigaciones metodológicas de Konstantin Stanislavski con el objetivo de motivar la emotividad de los intérpretes rusos.
De la eficacia y universalidad de los llamados “Métodos” y de su posible eficacia en otras latitudes hablaremos en capítulos sucesivos. La continuación sobre Estilos Teatrales, con el “Irrealismo” o “Teatralismo” y las distintas corrientes que de este estilo han surgido.
Es necesario tener muy claros estos conceptos para evitar aberraciones frecuentes como el tratamiento de “Las de Caín”, comedia muy divertida de los hermanos Álvarez Quintero or el procedimiento metodológico llamado de Stanislavski, puesta en escena por un director hispanoamericano y patrocinada por un ente público autonómico.

Fdº. Óscar Romero








PRÓXIMOS TEMAS
DRAMATURGIA IV ( IRREALISMO O TEATRALISMO Y TÉCNICAS DE INTERPRETACIÓN III (SEGÚN GENEROS Y ESTILOS)
MÉTODOS PARA AYUDA A LA INTERPRETACIÓN (segunda Parte)
EL PERSONAJE EN EL CONJUNTO DEL ESPECTÁCULO (Depara el desarrollo de su actividad en el ESPECTÁCULO)
LA CARACTERIZACIÓN GENERAL
LAS ESCENAS

1 comentario:

Paola Ramírez dijo...

Hola Estimado Oscar Romero me gustaría saber si tienes mas información acerca de Chejov como dramaturgo impresionista, que otras características en sus obras y cuentos hacen que lo podamos denominar de esa manera, ya que el no fue consciente de este estilo en su escrito, sino es a través de un análisis a posteriori que los críticos y estudiosos le han denominado de esa manera, no es cierto? . Puedes darme alguna bibliografía, es para una investigación de tesis.
Gracias Paola Ramirez.